La compañía vinatera de origen jerezano World Vinum presentó ayer en su bodega de la calle Ceniza su nuevo embotellado, un tinto de esencias afrutados producido en las tierras de la provincia, ‘Pídeme un deseo’. Este caldo cuenta con una primera producción de 8.000 botellas. La mitad de esta remesa será comercializada en el mercado asiático. «Es un vino joven, de seis meses de barrica, en el que se nota la fruta y que es muy fácil de tomar, originado entre dos uvas, merlot y shiraz, que comercializamos como vino ‘de la Costa de la Luz'», señalaba en la presentación uno de sus creadores, David Padilla. «El consumidor chino se engancha con la estética, con el márketing. A la hora de la verdad, busca un vino suave, que se pueda tomar tanto en la comida como en la sobremesa».
Es por eso que ‘Pídeme un deseo’ incorpora un simpático juego de magia al abrirlo, un pequeño papel enlazado en el embotellado donde el consumidor puede escribir un deseo. Con una pequeña llama, el papel se consume en un segundo sin dejar rastro. «Ahora asistimos a una feria en Guangzhou, donde esperemos que funcione, pero creemos que la idea puede funcionar también aquí», relataba ayer Padilla. La idea de este creador se generó «en un fin de año, porque a mí me gusta celebrarlo bien. Siempre pedía un deseo después de tomar el champán y metía las cenizas dentro de la copa. Puedo decir que siempre se me han acabado cumpliendo».
Actualmente ya cuentan con una empresa de comercialización, donde Padilla ya tiene experiencia en la exportación de otros productos. «Estamos llevando brandy seco, caramelo, picante… Tenemos mucho por avanzar allí», remachó.
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